Quizás es algo manido y repetido a lo largo y ancho de toda la blogsfera en español (aunque tambien puede leerse en otras lenguas). Quizás se ha convertido en algo así como un tópico. Pero este post en realidad ha tenido ya 10 comienzos diferentes.
Y no es que se hayan ido descartando por quedar feos. No es que se hayan ido descartando por no estar bien redactados, o simplemente por no convencerme lo que decían.
Simplemente se descartaron por el hecho de estar inacabados... y pasar más de dos meses desde que se dejaron de escribir.
Si. Este es uno de los problemas de este humilde blog que aún se resiste a morir. El autor (por llamarme de alguna forma) no tiene tiempo de actualizarlo.
Y en este caso, no puedo hablar por otros cientos miles de blogs es verdad.
El Hogar de Altair es uno más de los ejemplos que pondrían los políticos para justificar el que suframos esta crisis. Si. El Hogar de Altair era un claro ejemplo de lo que supone vivir por encima de las posibilidades de uno. Poder sentarse al menos una vez a la semana para escribir pensamientos apenas acabados. Para plasmar más de una sensación. Querer compartirlo con "el mundo"...
Y es que... ¿a quién se le ocurre?. En Alemania y otros paises que saben llevar su economía y negociar las crisis, los buenos padres de familia no se dedican a escribir en paginas webs.... solo trabajan y trabajan.
Y, en plena epoca de crisis se nos ocurre hacernos papás... ¡Cómo si no vivieramos ya por encima de nuestras posibilidades!1
Pero no es el propósito de este post escribir sobre nuestro tiempo, ni tampoco si quiera sobre nosotros. Tan sólo una breve introducción para contar al mundo que quiera oir que Altair Co. sigue aquí. Vega sigue creciendo. Y el trabajo cada día más escaso. Y el año ha sido horrible.
Pero tuvimos tiempo de escaparnos... hace tiempo... mucho tiempo... a la última aventura de Altair Co. a lomos de Oimiakon: Desierto Ultimo. El ultimo desierto de Europa que nos quedaba por pisar fue nuestro destino durante un fin de semana "largo" para celebrar nuestros cumpleaños...
Y así era como hace ya mucho tiempo, en concreto, el pasado 3 de Junio comenzaba el post que contaba un poco de este viaje... y que trataré de continuar hoy... donde termina la itálica...
3 de Junio 2013
"En todo viaje es bueno que haya siempre una preparación previa. No sólo es bueno desde el punto de vista práctico sino que además sirve para disfrutar del viaje en su etapa de gestación, cosa que en cierto modo no deja de ser viaje tambien.
Y en todo viaje en el que haya preparación previa siempre aparecen problemas. Problemas de muchas índoles, naturalezas y procedencias. Aunque internet ha cambiado esto en los últimos 10 años a veces son problemas de estudio. Suele ser más dificil encontrar literatura / mapas en el punto de origen que en el de destino. Aunque la verdad, tambien puede pasar al contrario...
Otra veces el problema puede ser simplemente el ponerse de acuerdo con los compañeros de viaje... para empezar, hay que encontrar una destino común si queremos llamarlos compañeros de viaje.
Y otras veces, los problemas pueden venir durante la preparación de la máquina. Pero la verdad, con éstos lo mejor es resolverlos siempre en casa...
A esta lista, que solo pongo a modo de ejemplo, porque estoy seguro segun leas estas líneas se te ocurren 20 más, yo tengo últimamente que añadir una más.
Y es una batalla en mi interior entre mis desgarradoras ganas de viaje y el despedirme la pequeñaja que inunda y ocupa todos nuestros días. Esta batalla me hace..."
Creo que me puse a llorar. Y si no lo hice poco me faltó. Al menos si me emocioné. Lo se porque me sigo emocionando al pensarlo. De hecho me emociono así cada vez que el trabajo me obliga a viajar.
Una pequeñaja que no sólo ocupa nuestros días sino que aparece en cada uno de mis pensamientos. Una pequeñaja que llegó a un frio corazón y que poco a poco ha sido capaz de enternecerlo, supongo que hacerlo un poco más comestible, al menos para mi mismo.
Y en aquellos días decidimos que Vega se fuera de aventura unos días... y nosotros continuaramos viaje. Tras dos años la nave Oimiakon volvió a la carretera (durante el inconcluso Cantimplora Project la nave se trasladó empujado por otra nave más grande...). Y todo fue un reencuentro. Nuestros cuerpos no son ni mucho menos los mismos que hace años (y aún menos despues de este año de castigo) y nuestras cabezas tampoco. Menos tiempo. Menos paciencia. Más cosas que pensar. Más dificil disfrutar del kilómetro de asfalto.
Y además estuvo el viento. El viento que golpeaba a Oimiakon sin piedad mientras nos abofeteaba sin respeto ninguno a Cris y mí. Supongo que tendría que tildarlo de huracán. Y "seguro" que es de los que los "seguros" consideran para no escurrir el bulto.
Tras muchos días sin montar en moto es dificil de explicar la incomunicación. O quizás el exceso de ella. Una mente encerrada en un casco golpeado por miles de puñetazos sin descanso en forma de viento. Una mente que comienza a recordar. A pensar. A volver por enésima vez a reanalizar que es lo que nos ha llevado aquí. Qué fue lo que cambió. Qué y porqué nos castigó. Y los kilómetros se suceden. Despacio. Mientras el paisaje va poco a poco cambiando. Y estoy seguro que el frio que hace. Que el viento son un regalo del pasado ruso de Oimiakon. O quizás sólo de su nombre. Mi espalda y mis brazos comienzan a acusar el esfuerzo de mantener el sidecar contra el viento. Y esta autopista no acaba nunca...
Pero todo tiene un final. Hasta nuestra autopista... y ésta, de forma abrupta terminó en nuestro desierto.
Un desierto que nos vió pasar a bordo del Gorrión Centenario muchos años antes. Cuando todo era distinto.
Y llegamos al desierto. Y allí nos perdimos. Y allí nos dormimos.
1NOTA DEL AUTOR: Como a veces la ironía no se entiende por internet... tan sólo quiero dejar patente que por mucho que lo he pensado, por mucho que he tratado de documentarme... de verdad que aún no entiendo que es eso de "vivir por encima de las posibilidades de uno".