Casi no lo entendà en su momento. Nuestro amigo Gnomo apenas dijo que era una concentración de custom. Cuando lo hablamos hace unos meses lo hice con la sensación que siempre da el saber que tienes mucho tiempo por delante. Los años pasan rapido. Muy rapido.
Pero este año el tiempo no pasa. El tiempo no existe.
Y asÃ, sin verlo, nos encontramos en el dia antes de reunirnos con Gnomo. DejarÃa su Asturias para reunirse con nosotros en Avila. Abrazos salpicados por una incesante lluvia que parecÃa no querer dejarnos.
Comidas, bebidas, más abrazos. Y mil cosas por contar.
El destino tenia nombre de tierra: Arenas de San Pedro, y nos separaba de él una carretera preciosa, húmeda. La Sierra de Gredos se habÃa vestido de gala para nosotros.
Y llegamos. Y allà conocimos a Sombra Sonora. O al menos asà le bautice yo. Él respondÃa al nombre de Tote. El artÃfice de que tuvieramos la suerte de estar allÃ, y sin duda el más entusiasta, quizás me meto donde nadie me llamó, de la creciente movida "sombrera".
Presentaciones, saludos, y... creo que las fotos lo explicarán mejor.
Al dÃa siguiente, el dÃa grande de la concentración, tuvimos la suerte de que Los Lobos madrugaran y acudieran hasta Arenas para la ruta final.
El Capitán rodó de nuevo con los Lobos y Gnomo. Solo habÃa pasado un año desde la última vez que expusimos juntos nuestras naves al asfalto.
Y asÃ, tras la ruta, llegamos a Toledo. Y allà nos encontramos a viejos amigos que entre el fragor de la emoción apenas pudimos disfrutar como hubieramos querido.
Y más tarde las sombras continuaron haciendo historia.
Seguro que muchos lo contarán mejor que yo. Pues yo, solo quiero agradecer a toda la panda más ruidosa que conozco lo bien que nos hicieron sentir.
Ws Sonoras
Pero este año el tiempo no pasa. El tiempo no existe.
Y asÃ, sin verlo, nos encontramos en el dia antes de reunirnos con Gnomo. DejarÃa su Asturias para reunirse con nosotros en Avila. Abrazos salpicados por una incesante lluvia que parecÃa no querer dejarnos.
Comidas, bebidas, más abrazos. Y mil cosas por contar.
El destino tenia nombre de tierra: Arenas de San Pedro, y nos separaba de él una carretera preciosa, húmeda. La Sierra de Gredos se habÃa vestido de gala para nosotros.
Y llegamos. Y allà conocimos a Sombra Sonora. O al menos asà le bautice yo. Él respondÃa al nombre de Tote. El artÃfice de que tuvieramos la suerte de estar allÃ, y sin duda el más entusiasta, quizás me meto donde nadie me llamó, de la creciente movida "sombrera".
Presentaciones, saludos, y... creo que las fotos lo explicarán mejor.
Al dÃa siguiente, el dÃa grande de la concentración, tuvimos la suerte de que Los Lobos madrugaran y acudieran hasta Arenas para la ruta final.
El Capitán rodó de nuevo con los Lobos y Gnomo. Solo habÃa pasado un año desde la última vez que expusimos juntos nuestras naves al asfalto.
Y asÃ, tras la ruta, llegamos a Toledo. Y allà nos encontramos a viejos amigos que entre el fragor de la emoción apenas pudimos disfrutar como hubieramos querido.
Y más tarde las sombras continuaron haciendo historia.
Seguro que muchos lo contarán mejor que yo. Pues yo, solo quiero agradecer a toda la panda más ruidosa que conozco lo bien que nos hicieron sentir.
Ws Sonoras
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