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Dirección General de Tráfico. Vol. II
25 Junio 2006


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Cuando iniciamos esta serie me base en el concepto del Derecho Comparado. El famoso carnet por puntos sigue adelante y ya casi está aquí.

 

Los grandes publicistas contratados por la Dirección General de Tráfico, todavía único organo competente en materia de trafico en todo el territorio español, vienen a decirnos que con él conduciremos mejor.

 

Si. Es cierto. El miedo a las nuevas medidas punitivas lleva meses trabajandome y he de reconocer que cada vez conduzco más despacio. Mucho más despacio. Es más. Trato de conducir olvidándome de lo que el sentido común y el estado de la carretera indican sino de lo que puntualmente marca la ley de la carretera.

 

Y el resultado no puede ser peor. Me he acostumbrado a que me enciendan luces. Me toquen bocinas, me eleven dedos inconfesables tras rebasarme de forma violenta.

 

Y todo porque hago caso a la ley que dicta la Dirección General de Tráfico.

 

Y es que a tenor del reglamento del nuevo “carnet” por puntos el normal devenir del tráfico a lo largo y ancho de la geografía española es motivo de sanción. Y sanción muy muy cara, no solo económicamente sino tambien en cuanto a la libertad de conducir se refiere, porque va a ser relativamente facil perder dicha libertad, otrora conocido como derecho adquirido.

 

Los limites de velocidad son radicalmente incumplidos en determinados puntos. Quizás sería mejor decir indeterminados, porque incluso mantener el limite de 20 en mi urbanización  supone la crispación y ataque de nervios de todo vecino que me sigue.

 

Grandes ciudades con grandes avenidas limitadas a velocidades que quizás tengan su sentido pero que son incumplidas por el 99,99% de la población. Me atrevo a apuntarme al resto en el que por supuesto incluyo a todos los que hayan decidido actuar igual que yo. Cuando eleveis el dedo inconfesable pensar en nosotros!

 


Y lo más curioso y atractivo del tema es como se nos están preparando las huestes que comanda la Dirección General de Tráfico. Detectores de velocidad de ultimísima generación, caros por definición, situados en largas, limpias y claras rectas de autovía e incluso de las más seguras autopistas.

 


Detectores de radar en las más grandes avenidas de las grandes ciudades.

 


Casualmente donde todas las estadísticas indican que no ha habido accidentes. Donde todos los organismos internacionales que analizan nuestros puntos negros nunca se han fijado.

 


Parece que no interesa adecuar a la realidad los limites de velocidad (no me refiero a elevar el famoso limite de los 120 sino el limite en cada punto). Las mejoras realizadas en la red viaria no supone un cambio en dichos limites (insisto no me refiero a los 120). Calles, curvas, rectas, limitadas inicialmente a una velocidad reducida deben ser corregidas tras las mejoras que se han realizado sobre ellas.

 


¿De verdad se basan en el derecho comparado?. De verdad creo que no.

 


Si no tienen planes… este verano… dense una vuelta por Francia. Eso si… mucho cuidado con las indicaciones hasta los pirineos.

 


publicado por Altair a las 12:38 del 25.06.06 en Sociedad