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Nacer
05 Agosto 2008


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Sin duda la del otro dia fue una señal. Nunca se me habia ido la cabeza y mucho menos conduciendo.


Este pasado fin El Capitan y yo acudimos a un encuentro que tenía lugar en casa de mi amigo Enrique, en Liencres, provincia de Santander.

En lugar de acudir directamente a la cita decidimos que el Capi me llevara a casa de mi amigo Luis, quien tambien acudiria al encuentro para asi rodar juntos el viaje de Oviedo a Liencres.

Todo fue a pedir de boca. Mi viaje al norte no conto con la presencia de un excesivo calor, y antes de lo esperado me encontre "golpeando la puerta" de Luis.

Una agradable charla y salimos a cenar: fabada y cachopos regada por algun que otro culín.

Lo siguiente, saltándonos el control de alcoholemia que tuvimos que realizar fue que mis ojos se abrieron a las 7:30.

Habíamos quedado en que nos volveríamos a ver a las 8, por lo que el tiempo estaba justo. Una ducha rapida, uniforme de carretera y ya estabamos listos para cabalgar de nuevo.

La ruta era muy corta, apenas un centenar de kilómetros que transcurrian por algunos de los parajes más bellos de España.

La ruta transcurrió como era esperado. No era la primera vez que Luis y yo rodábamos juntos y pocas cosas podían sorprendernos.

Paramos bajo el puente romano de Cangas de Onís donde aprovechamos para tomar un refrigerio.

Al rato nuestras naves volvieron a rugir desafiando al destino. Nada podía detenernos.

Casi tres horas despues llegamos a casa de Enrique. Alli nos estaban esperando los que navegan con él desde el pretexto de los clubes de motos del mismo modelo.

La comida transcurrió con tono amable, hospitalario y donde no se echó en falta nada.

La tarde llegaba a su fin. La verdad es que me encontraba sin planes, no sabia que hacer.

Supongo que contagiado por Luis quien si tenía claro que se iba a casa, decidí poner el mismo destino en mi proa. Y es que a veces apetece poner fin a un viaje.

Rodamos juntos hasta Torrelavega, donde tras un refrigerio pusimos punto y final a nuestro encuentro.

Desde Torrelavega el Capi y yo tendríamos unas cuantas horas de navegación nocturna en solitario. Nada que no hubieramos hecho ya.

La autovia a Madrid se presentaba tranquila y estable. La nave respondía perfectamente por lo que no nos costaba llevar una media de unos 160 km/h

Cuando llegaron las 22:30 llegó el momento de parar. Habia llegado la hora Lantus, y el Capi necesitaba gasolina.

La gasolinera estaba infestada de franceses que venían realizando la misma ruta que yo. A pesar de ser una Repsol que no se suelen caracterizar por ello, el baño estaba practicamente impracticable.

Cogí una cerveza y tras pagar lleve al Capitan a un rincón del Area de descanso.


Allí me medí, al comprobar mi buen nivel de azúcar abri la cerveza y me pinche mis habituales 40 unidades de Lantus.

Debido a que de repente me encontre rodeado de franceses que me miraban con aburrimiento decidi prescindir del lugar de inyección habitual de la lantus, el muslo de la pierna, y lo sustitui por el triceps.

No me suele gustar hacer estos cambios, pero el pensar en que hoy no usaria insulina rapida me hizo confiar.

El Capi siguió puntual su viaje. Todo iba como un reloj, cuando a las 12:00 entre en el tramo del peaje que culmina en los tuneles de Guadarrama. El sueño me atrapó, y pronto me descubrí dando cabezaditas en los mandos del Capitán.

Mierda, y tan cerca de casa.

Algo ocurría. Tenía que parar, simplemente me dormía.

Detuve la nave en un Area de descanso. Tal y como calibraba yo en aquel momento quedarian unos 100 kms hasta casa.

La oscuridad más absoluta me rodeaba. Necesitaba tumbarme en el suelo. Este estaba lleno de plantas secas.

Vi un banco. Sin quitarme el casco me tumbe en él. Permanecí allí dormido durante casi una hora entera. De repente me desperte, abrí los ojos... estaba tan cómodo... solo un rato más.

Habian pasado 15 minutos cuando el Capitán iluminó la negra noche.

Tras la aceleración nos incorporamos a la N-VI con la sorpresa de que apenas nos separaban de casa 15 km.

Llegar y entrar en la cama fue todo uno.

Una medición cifrada en 80 mg/dl aconsejó un yogur que engullí con facilidad al no haber cenado. A pesar del improvisado sueño en la autopista me encontrada muy cansado y caí rendido en seguida.

Y luego negro. Luego morí.

publicado por a las 18:49 del en General




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