A pesar de todo se acerca el verano y el ritmo de los tambores de aventura se han convertido ya en un machaqueo constante que hace que sin proponernoslo, sin avisar, nuestra mente comienza a volar lejos...

Son tiempos dificiles para todos. Hemos pasado malos momentos, segundos de incertidumbre, de oscuridad, sólo para abrir los ojos y ver que el mundo sigue ahí, igual, sin inmutarse ante todo lo que parece avecinarse...

Como en una balada de rock el tempo parece acelerarse en los compases finales... y quizás sea este el tempo que vivimos ahora mismo.

¿Por qué no vamos a hacerlo? Edad?, economía?, descanso?... quien quiere descansar!

No sin dificultad, a trancas y barrancas la nave Oimiakon tiene destino. Su primer gran destino...



Cientos de kilómetros de pistas de tierra que transcurren entre bosques que poco tienen que ver con la flora mediterránea. El atlántico abrazará a Oimiakon mientras lo llevamos por carreteras que descurren entre desfiladeros y acantilados de vértigo.

Aún no hemos preparado si quiera el "concepto" del viaje. Alojamiento y logística son todavia una incognita... ¿tienda de campaña grande? ¿grande y pequeña para pequeños escarceos? ¿Hotel?

... y al más puro estilo de Altair Co. lo serán hasta el día de partir que veremos como montamos todo en la moto...

de momento una reseña, un estudio de cómo podemos equipar a Oimiakon para la aventura




El viaje ya está confirmado. Oimiakon se enfrenta ahora a dos grandes aventuras. Primero la Almunia de San Juan la próxima semana.

Luego... el Atlántico!