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Dime de que presumes
01 Abril 2007


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Sin demasiada gloria, y sin pena tampoco, Mentes en Blanco se coló en nuestra elección de pelis a ver este fin de semana. La película, opera prima de Simon Brand fue anunciada como un intenso thriller mezcla de la que creo sobrevalorada  Resorvoir Dogs y le entretenida Saw.
 
Y en cierto modo lo es, aunque en ningún momento llega a tener la genialidad de ambas obras.
 
Como todos los fenómenos de última factura de pretendido carácter innovador Mentes en Blanco trata de dar a todo conjunto un marcado tono realista que se refleja en decorados siempre empeñados curiosamente  en parecer muy muy sucios, maquillaje sobre actores resaltando heridas, sangre, sudor, lágrimas... ¿no os habias fijado en esto? y sobre todo ausencia casi total de banda sonora.
 
Esta moda iniciada en películas como las antes referidas se acompaña siempre de otra: La del gran giro inesperado que sorprende al espectador menos decidido a sorprenderse.
 
La televisión ha tratado incluso de hacer suyo este estilo y ha creado series que hoy gozan de gran popularidad: Perdidos, Prison Break, 24... Series en las que puede ocurrir lo mismo que en esta película. O entras o estas fuera.
 
Y esto es lo que pasa con los primeros minutos de Mentes en Blanco. Si te engancha el guión podrás permanecer sentado en tu sillón viendo como los minutos caen mientras el guión trata fallidamente de sorprenderte. Si no te engancha no dejarás que el guión siquiera lo intente.
 
Y todo ello rodeado de un ambiente que como comentaba antes no aporta nada nuevo, pero que es correcto para la historia que tratan de contarnos.
 
Esta historia es en momentos creibles y en otros no tanto. El guión comienza a utilizar la formula del giro sorprente demasiado pronto y abusa de él haciendo que el siguiente giro no cumpla su cometido y no solo no sorprende sino que ya es esperado e incluso a veces se llega a echar de menos.
 
Los actores están más que correctos, a la altura que su situación en casi la primera fila les obliga. Existen personajes que caen en el absurdo de una historia pero no es culpa de los actores sino del guión.
 
Y el espectador sigue atento en la pantalla mientras el guión entrega otro giro para llevar al espectador a pensar lo que éste ya sabe que quiere que piense pero que se resiste hacer puesto que sabe que es lo que los guionistas pretenden.
 
En definitiva una película para echar un rato. Si te van las series "modernas" te encantará. Si tratas de ser lógico y te gusta el cine realista... no disfrutarás pero tampoco lo pasarás mal.
 
 

publicado por Altair a las 11:23 del 01.04.07 en Cine